domingo, 23 de diciembre de 2012

Cortázar a fin de año



Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas. Entonces
la tramo en aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo, como
si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.


                                                                            31/12/1951





Julio Cortázar, "Happy New Year" en "Salvo el crepúsculo", Alfaguara, 2009

viernes, 21 de diciembre de 2012

fin?


Inventar el regreso del mundo
después de su desaparición.
E inventar un regreso a ese mundo
desde nuestra desaparición.
Y reunir las dos memorias,
para juntar todos los detalles.

Hay que ponerle pruebas al infinito,
para ver si resiste.





Roberto Juarroz, "112" extraido de http://www.poesi.as/rj07112.htm





martes, 11 de diciembre de 2012

quiero ir




Quiero ir con aquél a quien amo.

No quiero calcular lo que cuesta.

No quiero averiguar si es bueno.

No quiero saber si me ama.

Quiero ir con aquél a quien amo.






Bertolt Brecht, versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens, http://amediavoz.com/brecht.htm


domingo, 2 de diciembre de 2012

adolescente


¿Yo, adolescente?
Si de repente, aquí, ahora, se plantara ante mí,
¿tendría que saludarla como a una persona próxima,
a pesar de que es para mí extraña y lejana?

¿Soltar una lágrima, besarla en la frente
por el mero hecho
de que tenemos la misma fecha de nacimiento?

Hay tantas diferencias entre nosotras
que probablemente sólo los huesos son los mismos,
la bóveda del cráneo, las cuencas de los ojos.

Porque ya sus ojos son como un poco más grandes,
sus pestañas más largas, su estatura mayor
y todo el cuerpo recubierto de una piel
ceñida y tersa, sin defectos.

Nos unen, es cierto, familiares y conocidos
pero casi todos están vivos en su mundo,
y en el mío prácticamente nadie
de ese círculo común.

Somos tan diferentes,
pensamos y decimos cosas tan distintas.
Ella sabe poco,
pero con una obstinación digna de mejores causas.

Yo sé mucho más,
pero, a cambio, sin ninguna seguridad.

Me muestra unos poemas
escritos con una letra cuidada, clara,
que no tengo ya desde hace tiempo.

Leo y leo esos poemas.
A lo mejor éste de aquí,
si lo acortáramos,
y lo corrigiéramos en un par de lugares.
El resto no augura nada bueno.

La conversación no fluye.
En su pobre reloj
el tiempo es barato e impreciso.
En el mío mucho más caro y exacto.

Al despedirnos nada, una especie de sonrisa
y ninguna emoción.

Sólo cuando desaparece
y olvida con las prisas la bufanda.

Una bufanda de pura lana virgen,
a rayas de colores,
hecha a ganchillo
por nuestra madre para ella.

Todavía la conservo.




Wislawa Szymborska, "Adolescente" en "Aquí", Bartleby Editores, 2009

miércoles, 28 de noviembre de 2012

canción para decir en la calle


pertenencias de Antonio E. Agüero en Casa del Poeta, Merlo, San Luis - 2012

Un día, siquiera, por semana
ensayemos el oficio humano.

Paremos el reloj,
ocultemos el calendario,
no abramos periódico ni libro, ni escuchemos radio
y tomemos un ómnibus cualquiera
que nos conduzca al campo

y una vez allí
busquemos un sitio solitario,
entre pinos
y los álamos
a la vera del agua, si el arroyo
quiere ofrecernos su cristal cercano,
o en la abierta llanura
donde el viento
galopa con los caballos,

y vivamos,
sí, nada más,
vivamos,
mientras crece la luz
y la maza de la savia asciende.

Vivamos,
mientras vuelan los insectos,
y las nubes livianas y lentas como barcos
viajan al sur, y el aire
conduce pájaros;
sí, nada más, vivamos
en reposo total como la hierba
que nos da su regazo
de vez en vez oyendo
el oscuro corazón del mundo
que late soterrano.

Sí, nada más,
vivamos,
solamente vivamos.






Antonio Esteban Agüero, Poemas y síntesis biográfica, Asociación Biblioteca Casa del Poeta, Merlo, San Luis





sábado, 17 de noviembre de 2012

el amor ha crecido


Tal vez el mundo cabe en la cocina
donde hablamos del hijo.
El futuro es un rostro, un dulce nombre,
una sangre en camino a este camino.

Amor se dice de un extraño modo:
cuna, pañal, la bata.
Estas cosas comunes.
Esas palabras blancas.

El amor ha crecido.
La primavera canta en mi pañuelo.




Juan Gelman, "Violín y otras cuestiones", Edit. Planeta, 2011

viernes, 9 de noviembre de 2012

veo a mi alma


Mi alma es una gasa inmensa, livianísima; está por todo; es una mariposa espesa, cuyas firmes piernas de hilo asen lo que fue o es de mí. Y para siempre. Tiene apretados los vestidos antiguos, las trenzas, las caravanas en forma de trébol; y lo de ahora, dijes, figuritas de vidrio o porcelana, que me rodean. No quiebra nada.

Mi alma va a la chacra y trae cosas, visita la bodega, el altar, la cocina, la casa y trae cosas, tinajas, pomelos, zapallos y demás, y los vende por el camino en los días de necesidad, y me trae los resultados.

¿Cómo? Ella, tan leve y tan magna! ¿Cómo? si ya voló hace tiempo, la chacra, si no hay nadie, nada, sólo un vacío campo con matas de frambuesas salvajes.

Pero ella va y me trae cosas.

En esta noche de asiduos relámpagos y tormentas, ocupa un pequeño sitio, parece un tul arrollado. Veo a mi alma. En la honda oscuridad están sus ojos brillantes, fijos, celestes, de muñeca.



Marosa de Giorgio, "La flor de lis", Edit. El cuenco de plata, 2010


jueves, 1 de noviembre de 2012

algarrobo abuelo



Algarrobo abuelo (1.200 años), Merlo, San Luis - 2012
fotografías de Mónica Pía

...
Ocres raíces surgen de la tierra
como animales de encrespado lomo,
sosteniendo la torre milenaria
toda construida en material leñoso.
...
El ramaje se inserta complicado
y se tiende en un gesto poderoso
como brazos que buscan imponentes
una cosa que asir en el contorno.

Viejas ramas que son como tentáculos
de oscuro pulpo, miembros musculosos
de yacente dragón o dinosaurio,
de araña enorme o encantado monstruo.

Yo podría contarlas, si quisiera,
una por una y apagar mis ojos
con la venda y el frío de la cifra,
pero prefiero contemplar gozoso.
...





...
Padre y Señor del bosque
Abuelo de barbas vegetales,
Algarrobo natal. Torre del Cielo.
Monumento y estatua del follaje.
Hijo del sol y de la tierra unidos.
Corona real para la sien del aire.
Árbol de luz. Espejo de los siglos.
Dios vegetal de corazón fragante.

Así yo quiero terminar la Oda,
asistido por Ángeles del canto:
Algarrobo Natal, Abuelo nuestro.
¡Catedral de los Pájaros!




Antonio Esteban Agüero, fragmentos de "Cantata del Abuelo Algarrobo", Biblioteca Casa del Poeta


martes, 18 de septiembre de 2012

de mamás y papás


Cuando revisaba los baúles me hallé a mamá. Vuelta una muñequita; cara de porcelana, y el resto del físico en fina tela. La reconocí enseguida.

¡Al fin! te encontré, le dije. No sabía que eras acá. Por algo abrí esta caja.

Ella estaba muy viva, y nos saludamos, y ella respiró la historia de nuestras vidas, en un idioma muy suave y muy lúcido y que echaba por el suelo a los demás idiomas.


Marosa di Giorgio, "La flor de lis", El cuenco de plata, 2010






Papá
esta mañana voy a recordarlo todo,
y, por sobre todo,
la vid azul,
los blancos habares,
por donde transitabas,
escondido y deslumbrante como Dios.


Marosa di Giorgio, fragmento de "Clavel y Tenebrario"




miércoles, 12 de septiembre de 2012

elegía para decirme


Yo le recuerdo aquí: donde me duele
el color que le trajo a mi esperanza;
y le recuerdo aquí porque soy triste
y ya no puedo echarme entre sus lágrimas.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha;
si no me pareciera tanto a mis ojeras,
ni a esta tarde de invierno, así doblada?

Pero me acuerdo aquí de que anda lejos
el que vivió a la vuelta de mi espalda.
Me acuerdo de su nombre perezoso
que casi no quería ser palabra.
Me acuerdo de su risa mal abierta
riñéndole por dentro a la mirada,
y de su frente que crecía;
y de su voz inútil como el alba
y de un secreto que quedó inconcluso
aquel domingo en que amó a la nada.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha?
Pero me duele aquí, donde me canso,
aquel hombre agobiado por crisálidas.
Pero me duele aquí, donde soy sola,
esta verdad metida entre dos alas.

Qué corazón saldría de este insomnio...

Pero soy todo el blanco que se acaba,
y no me porto bien con la alegría
por lo que traigo al sur de mi garganta.



Carilda Oliver Labra, "Elegía para decirme" en "Al sur de mi garganta", 1949


sábado, 8 de septiembre de 2012

sin nombre, como la muerte


Otoño de 1975


Estoy llevando a mi hijo muerto en el asiento de mi auto. No sé bien porqué. Supongo que para cuidarlo.

Trato de ir despacio, de no frenar bruscamente. Qué paradoja, la vida frena todo el tiempo así, violentamente, y nadie hace nada... o no puede, no sé. Pero no sé digo a muchas cosas: no sé cómo es morir, no sé como es vivir. Sí sé que lo voy a cuidar. Es un bebé. Mi bebé.

No sabía si envolverlo en una frazada, tenía miedo de que se ahogara. Lo tengo en el asiento de al lado. Está frío. No el día, él. Mi bebé. Hace frío también.


..........


Pessoa tenía palabras para todo. Lo que nunca tuvo fue un hijo muerto. Es lo mismo. Cuando dijo que su vida era como si lo golpeasen con ella, es decir, ser la piedra y el objeto golpeado, ambos y a un mismo tiempo, creo que no necesitó ningún bebé. El tenía el infierno dentro y fuera. El peso de lo absoluto lo acompañó siempre.


..........


... Porque ayer se murió, ayer estaba vivo. Cada día que deba revivir esto, voy a tener que lidiar con la imagen de mi hijo vivo. Muriendo. Va a morir tantas veces como recuerde ese día.


..........


Nota al margen 13


Se esconde al muerto
como a la vergüenza
bajo la tierra, en una caja
en lo profundo...
como a un recuerdo
como a un olvido.

Absorbe el muerto
esa lluvia
(sucia de tierra y de lamentos)
que siempre olvida
haber pasado
y vuelve... vuelve.



Hernán A. Isnardi, fragmentos de "Sin nombre, como la muerte", Edit. La Máquina del Tiempo, 2011




jueves, 6 de septiembre de 2012

soy mi soberano




...
soy mi propio enemigo y me importa la derrota
tu mirada se me nota, es mi cáscara y mi ropa

yo soy y aun no soy mío y aunque quiera ser mi dueño
envejezco y me hago grande y todavía no me tengo
soy mi dolor, soy mi condena, soy el veneno de mis venas
soy mi remedio, soy mi cura, la enfermedad es mi cordura

tengo duras las pupilas, tengo corta la mirada
y si en el fondo hay algo bueno, lo imagino, no lo veo
...

ahí en esa podredumbre se encuentra el compost de mi flor
ahí donde la vida duele, se abren los ojos del amor
ahí en el pozo de la desidia germinan ganas de crear
ahí reconocernos es suficiente, es empezar a cambiar
...



Gustavo Cordera, "Soy mi soberano" en "La caravana mágica", 2012



domingo, 2 de septiembre de 2012

desamor


Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.

Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.

Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.



Rosario Castellanos, "Desamor", www.sololiteratura.com

sábado, 25 de agosto de 2012

metamorfosis


¿Sentiste al desprenderte de la rama,
paloma,
que eras un gajo de cedro?
Cedro,
¿sentiste al quedarte sin paloma
que eras toda la paloma?
¿No te bastó ser cedro,
quisiste ser paloma?
¿Fuiste el cedro que vuela,
la paloma que queda?



Silvina Ocampo, "Metamorfosis" en "Árboles de Buenos Aires", 1979



sábado, 18 de agosto de 2012

si fuera hombre



si fuera hombre usaría
la navaja de mi abuelo para afeitarme -
rozaría lentamente el hueco del mentón,
trazaría los ángulos del rostro con precisión de esteta.
Ha de ser un magnífico ejercicio de conciencia y de pulso
mirarse cada día al espejo,
navaja en mano.




Teresa Arijón,  "Ostraca" (poesía reunida), 2011
http://www.con-versiones.com/dossier_teresa_arijon.htm



sábado, 4 de agosto de 2012

voces de cine para amar - 3







Darío Grandinetti en "El lado oscuro del corazón", de Eliseo Subiela

Oliverio Girondo, fragmentos de "Pleamar", "Restringido propósito", "Membretes", "Esperanza"

jueves, 26 de julio de 2012

talvez en primavera...


Talvez en primavera.
Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas
  hipócritas.
Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una fortaleza
  de toda la corrupción y el dolor.
Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o
  de elefante para liquidar todas las dudas, todas las
  moscas, todas las desgracias.
Baja del árbol.
Mírate en el agua. Aprende a odiarte como a ti mismo.
Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en
  dos, después en ninguna.
Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las
  piedrecitas.
Llámalas siglos, huesos, cebollas.
Da lo mismo.
Las palabras, los nombres, no tienen importancia.
Escucha la música. Sólo la música.



Blanca Varela, "Como Dios en la nada", antología

sábado, 14 de julio de 2012

gabán


Soy una alforja
de lluvias.
Mi corazón regó en las primaveras
sementeras de espacio;
por ello mi cabeza
es una gorra remendada y parda
(genialidad)
o, un gabán roído,
pues he amado.
El pienso de mis días
desparramé en las sendas;
rompí todas las tejas
de los pesebres
humanos.
De mal en peor
tildaron mi locura;
merma mi audacia,
enflaquecen mis manos dadivosas
como las muelas viejas.
¡El gabán de mi ser se va pudriendo!



Jacobo Fijman, "Gabán" en "Obra poética", Edic. La torre abolida, BsAs, 1983


jueves, 21 de junio de 2012

dispuestos a la paz


Cuando el amor por la paz
de uno
choca
con todo su ímpetu
contra el amor por la paz
del otro
hay guerra.


Erich Fried, "Dispuestos a la paz" en "Amor, duelo, contradicciones", Edit. Losada, 2005



sábado, 16 de junio de 2012

olmos y cerezos


                                                 A mi abuelo Laureano, in memoriam


Es verano.
Nos acostamos sobre la hierba
a la sombra de un árbol.
Contemplamos las ramas,
no vemos el mismo árbol.
Yo digo que es un olmo,
tú dices que es un cerezo.
Para tí todo son cerezos,
existe una mirada interior.
Aunque te prestara mis ojos
no verías el mismo árbol
sonríes.
Te parece bien que yo vea un olmo
sonríes.
Aunque me prestaras tus ojos
no vería el mismo árbol.
Pasa el tiempo.
Tú ya no estás.
Todos los olmos
se tornan
Cerezos.


Jorge Espina, http://apologadelaluz-jorgeespina.blogspot.com



domingo, 10 de junio de 2012

poesía vertical


Lo enterraremos todo,
los brazos, el movimiento y la pala,
la pasión de los viernes,
la bandera de andar solos,
la pobreza, esa deuda,
la riqueza, esa otra.

Lo enterraremos hasta con sabiduría,
cortando sabiamente los terrones,
o cortándolos sin darnos cuenta, sabiamente.

Un resto de mirada
quedará flotando como un pincel absurdo
sobre la tregua doblemente fiel de todo ausente.
Y menos mal que no habrá nadie
para escarbar luego bien hondo
y descubrir que no hay nada enterrado.


Roberto Juarroz, "Poesía Vertical II", 73