“Busco
una forma definitiva, un estilo simple y correcto de decir las cosas. Esto me
enerva. Es como mi imposibilidad de encontrar una lapicera exactamente apta al
movimiento de mi mano. A veces creo encontrarla pero me sirve por muy poco
tiempo. El mismo problema con los cuadernos, con las hojas. Mi deseo es
inhumano: busco una continuidad absoluta. Lo único continuo en mí es mi deseo
de esta imposible continuidad…
Estoy
anómalamente fragmentada. Por eso mis pequeños poemas. El aborto es mi emblema,
mi emblema de bordes mordidos. Todo esto puede derivar muy bien de la
impaciencia. Imposible amar la tarea presente, hay un perpetuo anhelo de
finales rotundos, muerte y resurrección. No el aborto sino el suicidio. Sólo
salva el interés sostenido, presente. Al menos es lo que se dice. Yo no tengo
tiempo, algo me precipita todo el día. Cuando nada me precipita entonces nada
pasa. Soy una muerta.”
Alejandra
Pizarnik, fragmentos del 6 de marzo 1964 en “Diarios”, Lumen