miércoles, 12 de octubre de 2016

muro


Entre el hombre y el amor
           Está la mujer.
Entre el hombre y la mujer
          Hay un mundo.
Entre el hombre y el mundo
          Hay un muro.

Los fuertes derriban el muro,
Los hábiles lo escalan,
Los pacientes lo arañan.
Para otros un muro es un muro
Lo bordean sin pensar ni en el mal…
… ni en el bien.

El bien y el mal
Existen sin embargo para ellos
Es un muro como el otro
Que les da su sombra.

Para los amurallados todo es muro
Incluso una puerta abierta.



Antoine Tudal
extraído del “Capítulo XV, El (a)muro” en  “El amor Lacan”, Jean Allouch







miércoles, 5 de octubre de 2016

escribir el amor



el amor es un fósforo que se oye entre dos sombras
para hablar del amor hay que ponerse pájaros en la boca
desnudarse del dinero y de otras cosas importantes
para hablar del amor hay que tenerlo en silencio durante horas
como una flor frágil de luz que entre los huecos de las manos
se protege de la tormenta
para hablar del amor hay que irse a la luna y volver
en un ciempiés de fuego
para escribir el amor hay que tener un dragón dentro de la mano
escucharle el pecho a la lluvia
decir sí doctor y después jugar como un niño encaprichado
en las hamacas delirantes de la libertad



Arturo Serrano, "Y otros indecibles"
en https://laescueladenadie.wordpress.com/2014/04/02/poemas-de-arturo-serrano-2/










domingo, 2 de octubre de 2016

"la palabra es mi cuarta dimensión"


Te escribo toda entera y siento un sabor en ser y el sabor a ti es abstracto como el instante. Es también con todo el cuerpo que pinto mis cuadros y en la tela fijo lo incorpóreo, yo cuerpo a cuerpo conmigo misma. No se comprende la música: se la oye. Óyeme entonces con tu cuerpo entero. Cuando vengas a leerme preguntarás por qué no me restrinjo a la pintura y a mis exposiciones, ya que escribo tosco y sin orden. Es que ahora siento necesidad de palabras -y es nuevo para mí lo que escribo porque mi verdadera palabra ha sido hasta ahora intocada. La palabra es mi cuarta dimensión.

............

Quiero escribirte como quien aprende. Fotografío cada instante. Ahondo en las palabras como si pintara, más que un objeto, su sombra.

............


-escribo por profundamente querer hablar. Aunque escribir sólo esté dándome la gran medida del silencio.


.............


Lo que hago por involuntario instinto no puede ser descripto.

¿Qué estoy haciendo al escribirte? Estoy intentando fotografiar el perfume.


............


En el momento en que pinto o escribo soy anónima. Me sumerjo en el anonimato que nadie tocó nunca.


............


Óyeme, oye el silencio. Lo que te digo nunca es lo que te digo y sí otra cosa. Capta esa cosa que se me escapa y sin embargo vivo de ella y estoy en sintonía con la brillante oscuridad.


............

Entonces escribir es el modo de quien tiene a la palabra como carnada: la palabra pescando lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra -la entrelínea- muerde la carnada, alguna cosa ha sido escrita. Una vez que se pescó la entrelínea, se podría con alivio desechar la palabra. Pero ahí cesa la analogía: la no palabra, al morder la carnada, la incorporó. Lo que salva entonces es escribir distraídamente.

No quiero tener la terrible limitación de quien vive sólo de lo que es pasible de tener sentido. Yo no: lo que quiero es una verdad inventada.


............





Clarice Lispector, "Agua viva" (fragmentos), El cuenco de plata, 2010