El amor de Pizarnik por Aurora y Julio Cortázar, expresado hermosamente en las dedicatorias de algunas de sus obras:
Las
cartas entre ellos también decían mucho de lo que se querían y lo cercanos que
eran, a pesar de la distancia.
A
continuación, el final de una carta de Pizarnik y la respuesta de Cortázar,
setiembre 1971. (Ella se suicidó el 25 de septiembre de 1972, un año
después de escribir esta carta.):
“P.D.
Me excedí, supongo. Y he perdido, viejo amigo de tu vieja Alejandra que tiene
miedo de todo salvo (ahora, ¡Oh, Julio!) de la locura y de la muerte. (Hace dos
meses que estoy en el hospital. Excesos y luego intento de suicidio -que
fracasó, hélas)”.
A lo
que Julio respondió:
“Mi
querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás
ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos
diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de.
Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde
luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo
te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje
mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y
no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es
también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por
esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí
mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te
leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente
a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que
poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te
reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a
todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la
tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo
te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.
Escribíme,
coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?)
para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.
Julio
(septiembre de 1971)”.