jueves, 3 de septiembre de 2015

entro en la palabra... me quedo



Poema escrito por Jorge Oteiza tras la muerte de su esposa, Itziar Carreño, en diciembre de 1991, y que luego sirvió para despedirle en abril 2003, en Alzuza, donde ambos reposan juntos:


He visto morir a Itziar, no he podido hacer nada.
Me acerco, lloro junto al árbol, miramos los dos al cielo.
Seguramente no estás ya en ninguna parte, solamente aquí, en mí, conmigo.
La ha besado la muerte.
Baja en su rostro lentamente, de Dios, una lágrima de sufriente, infinita dulzura.
Me acerco a Dios. En lo alto de una colina lo veo desaparecer.
Le seguían a distancia unos campesinos con alas.
Entro y salgo en la palabra.
Entro en el muro y salgo.
Entro en mi cuerpo y salgo.
No es tan incompleto mi cuerpo, mi país.
Entro en mi país y salgo.
Entro en la palabra. Me quedo.
Os digo que no estoy.
Estamos en el fin. A ninguna parte hemos llegado.
Ponedme en la mano tierra, tierra alrededor.
Ya no queda tierra para uno, pronto.
La tierra es para todos. A mí, acostadme de un lado.
Que sea del derecho. Es como duermo.
Y no me toquéis. No quiero nada encima, sólo hierba.
Que pueda sentir una vaca que pasea.
Que la meada de la vaca o de un pollino me llegue hasta el costado izquierdo. Tierra a la vista.
Llego un poco tarde, perdonadme.
Ya estamos todos. Podéis mezclar nuestros huesos.