407.
Dios
me creó para niño, y me mantuvo niño siempre. ¿Pero por qué permitió que la
Vida me golpease y me quitase los juguetes, y me dejase solo en el recreo,
arrugando con manos tan débiles el delantal azul sucio a fuerza de tantas
lágrimas derramadas? ¿Si yo no podía vivir sino mimado, por qué me privaron del
cariño? Ah, cada vez que veo en las calles un niño que llora, un niño exiliado
de los otros, me duele, más que la tristeza del niño, el horror desprevenido de
mi corazón exhausto. Me sufro con todo el peso de la vida sentida, y son mías
las manos que retuercen la punta del delantal, mías las bocas torcidas por el
llanto verdadero, mía la debilidad, mía la soledad, y las risas de la vida
adulta que pasa me usan como luces de fósforos frotados en el estuche sensible
de mi corazón.
Fernando Pessoa como Bernardo Soares, "407" en "Libro del desasosiego", Emecé, 2010