es
la hora en la que el vivir duda.
una
línea en sesgo dibuja
sobre
la medianera
de
un edificio
la
frontera entre el día y su sombra
la
avidez y el abatimiento.
ni
más allá ni más acá: ni dios ni
yo,
sólo márgenes,
líneas
fatiga
de nombrar los afueras
de
cada nombre
cornisas
y umbral hacia lo que calla,
lo
que sólo el fracaso, a veces,
en algún atardecer,
escucha.
al
comienzo se busca
lo
alto, después, caída a caída,
se muere raíces.
Hugo
Mujica, “Atardece” en “Noche abierta”, Pre-textos Poesía, 1999