domingo, 15 de octubre de 2017

los pasos... lejanos



Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...;
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huída a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.

Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.


César Vallejo, "Los pasos lejanos"



Hoy no ha venido nadie a preguntar;

ni me han pedido en esta tarde nada.

No he visto ni una flor de cementerio

en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

En esta tarde todos,  todos pasan

sin preguntarme ni pedirme nada…

Y no sé qué se olvidan y se queda

mal en mis manos, como cosa ajena.

He salido a la puerta,

y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!

Porque en todas las tardes de esta vida,

yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.

Hoy no ha venido nadie;

y hoy he muerto qué poco en esta tarde!




César Vallejo, "Ágape"